Un conjunto de juguetes pensado para bebés a partir de 24 meses: ¡es la Janod Box! Especialmente diseñada para fomentar la concentración y la precisión, esta caja para bebés contiene 4 bonitos juguetes de estímulo.
- En primer lugar, un juego de equilibrio de madera con forma de cocodrilo: el objetivo es apilar encima tantas hojas de madera como sea posible, de las 12 incluidas. ¡Son de 2 tamaños diferentes para mayor dificultad! Hay 2 formas posibles de jugar: solo o acompañado o bien apilando la hoja que salga al tirar el dado incluido.
- Además, el estuche incluye un juego de enroscar formado por 3 nenúfares, de varias formas y diámetros: ¡hay que encontrar la flor que va con cada hoja!
- También forman parte de esta box de juegos las 3 campanas musicales y su baqueta de madera, que invitan al niño a experimentar: como en un xilófono, cada campana emite un sonido diferente y estimula así el oído del bebé.
- Por último, el niño disfrutará armando un puzle de madera de 12 piezas: acompañado por un póster, le sirve al bebé para ampliar su vocabulario y recomponer la escena, lo que estimula su capacidad de razonamiento.
A los 2 años, el bebé va desarrollando poco a poco sus funciones cognitivas. Por eso optamos por contar con el asesoramiento de una especialista en psicomotricidad para diseñar un conjunto de juguetes de primera infancia acordes con el ritmo de desarrollo del bebé. Así tienes la garantía de ofrecerle unos juguetes de madera duraderos que estimulen la vista, el oído, el vocabulario y la motricidad fina del bebé: ¡para aprender sin darse cuenta! En el interior de la Box Janod encontrarás un folleto explicativo para aprender a utilizar estos primeros juegos de estímulo. Este kit de juego forma parte de nuestra colección de 4 cajas por edades, que acompañan a los niños en sus primeros aprendizajes de los 12 a los 36 meses, con juegos de calidad adaptados a las competencias que van adquiriendo. Juguetes de madera y cartón con certificado FSC™.
¡BENEFICIOS DE LOS JUGUETES DE MADERA!
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Potencian el desarrollo de habilidades como la imaginación o la habilidad manual. Invitan mucho más a participar de forma activa en el juego: manipulando las piezas de forma establecida en el caso de los encajables o puzles, o de forma libre en el caso de los bloques de construcción.
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La experiencia sensorial con estos juguetes es única, al tener un tacto agradable y aroma característico que favorece la conexión del niño con su entorno más cercano y natural. El peso puede variar de un juguete a otro, pero suelen tener mayor peso que los de plástico.
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El origen natural y sostenible del material. Proviene de la naturaleza y puede reciclarse convirtiéndose en cualquier otro objeto de madera. Mayor comprensión sobre el origen del juguete y sobre la importancia del impacto que puede tener en la naturaleza.
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Mayor resistencia y durabilidad. Los juguetes de madera son más duraderos, resisten mejor a los golpes y roces. Esto hace más fácil que se hereden o que se puedan donar para darles una segunda vida y que otros niños los disfruten.
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El valor estético. Suelen tener un diseño mucho más cuidado, pero también más sencillo. Esto convierte a los niños en los principales protagonistas del juego y al juguete en un objeto que querrán tratar con mayor cuidado y cariño.