¡Este caracol esconde muchas sorpresas! Gracias a este apilable sensorial, el bebé descubre una gran variedad de texturas y desarrolla la motricidad a partir de 12 meses.
◦ El juguete de manipular favorito del bebé a partir de 12 meses.
◦ Para montar como un puzzle con sus 6 piezas de madera.
◦ ¡4 bloques sensoriales para explorar con las yemas de los dedos!
Este juguete de estímulo tiene forma de puzle de encajar, compuesto por 6 piezas en total. Con su forma de caracol, estimula los sentidos del niño y le ayuda a trabajar la lógica. Para ello, cuenta con 4 bloques sensoriales. Forman el caparazón del caracol y cada uno tiene una textura diferente: 1 pieza con efecto espejo y 3 piezas de goma con texturas en relieve (puntos, ondas y rayas). Las otras 2 piezas forman el cuerpo y la cabeza de nuestro amigo.
¡De esta manera, el bebé puede encajar las piezas en su sitio o divertirse dándoles la vuelta para descubrir una nueva sensación táctil! Este juguete de primera infancia es fácil de utilizar por ejemplo en la trona del pequeño para que se entretenga mientras espera la comida o incluso simplemente en su regazo. Le ayuda a estimular los sentidos, especialmente el tacto y la vista, para que descubra el mundo poco a poco. Este juguete para bebés forma parte de nuestra colección Sweet Cocoon y está hecho de madera con certificado FSC™.
¡BENEFICIOS DE LOS JUGUETES DE MADERA!
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Potencian el desarrollo de habilidades como la imaginación o la habilidad manual. Invitan mucho más a participar de forma activa en el juego: manipulando las piezas de forma establecida en el caso de los encajables o puzles, o de forma libre en el caso de los bloques de construcción.
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La experiencia sensorial con estos juguetes es única, al tener un tacto agradable y aroma característico que favorece la conexión del niño con su entorno más cercano y natural. El peso puede variar de un juguete a otro, pero suelen tener mayor peso que los de plástico.
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El origen natural y sostenible del material. Proviene de la naturaleza y puede reciclarse convirtiéndose en cualquier otro objeto de madera. Mayor comprensión sobre el origen del juguete y sobre la importancia del impacto que puede tener en la naturaleza.
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Mayor resistencia y durabilidad. Los juguetes de madera son más duraderos, resisten mejor a los golpes y roces. Esto hace más fácil que se hereden o que se puedan donar para darles una segunda vida y que otros niños los disfruten.
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El valor estético. Suelen tener un diseño mucho más cuidado, pero también más sencillo. Esto convierte a los niños en los principales protagonistas del juego y al juguete en un objeto que querrán tratar con mayor cuidado y cariño.